NOS SOBRAN RAZONES PARA SEGUIR LUCHANDO
Cuando el corazón está henchido de dolor, necesita dar un grito de queja para soltar presión. Considero que eso fue la manifestación de hoy, 28 de Mayo, en Gijón. Un buen grupo de gente, que se acrecienta porque son representación de otros muchos que no pudieron asistir, denunciaba algunos de los principales males que nos agobian y reclamaban soluciones en la sanidad, en la educación, en el trabajo, etc. Con este slogan se quería resumir lo más importante que necesita hoy nuestra sociedad: PAN, TRABAJO, TECHO y DIGNIDAD.
Las pancartas que había en la manifestación hacían más visibles en ella los problemas que se querían resaltar. Yo me situé detrás de aquella que hacía referencia a los refugiados. Es mucha la gente que vive la angustia de tantos y tantos que se lanzan a la aventura de buscar salida a su situación de guerra permanente. Algunos mueren en el intento, pero la mayoría logran sobrevivir, aunque sea para seguir viviendo en la angustia, hacinados a las puertas de una Europa miserable que ni les soluciona el problema en origen ni después. Bien es verdad que no es “EUROPA”, pues la responsabilidad ha de recaer en los políticos que la gobiernan y en quienes les han votado para que lo hicieran.
Hay muchos que sienten en su propia carne el sufrimiento del otro. Entre ellos debieran estar todos los cristianos, pues necesariamente, para poder serlo, han de asumir aquella identificación que Jesús de Nazaret hace de sí mismo con los más necesitados: …porque tuve hambre y me disteis de comer… No sé cuántos vivirán esta mística en su vida práctica y cuántos salen a la calle a defenderles exigiendo que los que tienen el poder hagan algo en serio por ellos.
Alguien me dice: ¿Y qué solucionan estas manifestaciones? Para esta manifestación se ha tenido que mover mucha gente para prepararla, mueve a muchos que se concentran en torno a unas pancartas donde se visibilizan los problemas que se quieren resaltar… Durante la marcha fueron muchos los gijoneses que pudieron ver lo que motivaba la presencia de aquel grupo en la calle. Seguro que los medios de información se harán eco de LA DIGNIDAD EN MARCHA. Todo ello hará que se reavive en muchos la indignación ante la gravedad de la situación por la que muchos atraviesan y lo ausentes que están quienes nos gobiernan de ella. Cabe la esperanza de que esa toma de conciencia repercuta en todos a la hora de emitir su voto en las próximas elecciones.
José María Álvarez