EL IMPOSIBLE PACTO DE IZQUIERDAS

Acabo de leer un artículo de Vicenç Navarro donde el autor pregunta, yo creo que retóricamente, “por qué no se establece un pacto de izquierdas”. Digo “retóricamente” porque la respuesta él mismo la da en su comentario, afirmando que “la dirección del PSOE está en manos de economistas que son profundamente defensores de las políticas que nos han llevado al desastre”, obviamente las neoliberales, idea que repite más adelante al afirmar que Ciudadanos y PSOE son elementos clave de la influencia del IBEX-35 y del establishment político-mediático.

El PSOE es lo que es: un partido de centro izquierda. Él mismo se reconoce como tal. Con los presupuestos históricos de sus gobiernos en España no es de extrañar que haya encontrado enseguida el camino para el pacto con Ciudadanos (según el Sr. Navarro más neoliberal que el mismo PP). Los dirigentes del PSOE, -yo creo que también la mayoría de los españoles, que siempre votaron centro derecha o izquierda-, no creen que sea posible asumir una política más a la izquierda. Todo el mundo sabe lo difícil que es, casi imposible, que un país pueda hacer una política distinta a la que impone la UE. Algunas decisiones de la política económica del Sr. Zapatero en contra de la clase obrera y lo sucedido en Grecia hablan con claridad.

Así las cosas, es normal que el PSOE haya dado ese primer paso de hacer una, según parece, fuerte alianza con Ciudadanos, pues el pacto con PODEMOS y demás le puede llevar a un gobierno con tanto futuro como el primero de Tsipras. Este pacto tiene la importancia de situarle como la fuerza más votada, perdiendo así valor el principal argumento del PP que invoca ser el partido ganador en las últimas elecciones. En esta situación, lo que iría de suyo, según el mismo análisis político de Vicenç Navarro, es que “el IBEX-35 y los poderes mediáticos, presionen al PP para que creen las condiciones que favorezcan “la gran coalición” de gobierno, pero encabezada, no por Rajoy, sino por el PSOE. Los poderes fácticos comprenderán que ante el ambiente de corrupción, donde en estos momentos sobresalen las conductas del PP, no hace posible que este partido se renueve en la presidencia del gobierno español. Yo creo que mucho no debiera importarles, pues la afinidad básica en política económica entre estos tres grupos –PP.PSOE y CIUDADANOS- es clara. Incluso podrían atraer a la derecha catalana y vasca, si llegan a un pacto de Estado Federal con cesión de más competencias dentro del marco constitucional.

Ante esta situación, ¿qué pueden hacer las fuerzas que están a la izquierda del PSOE? Crear una fuerte coalición y presentarse en bloque al diálogo. Si quieren atraer al PSOE, sin el cual sería imposible conformar un gobierno “de izquierdas”, lo primero que tienen que hacer es aparcar el objetivo del referéndum en Cataluña y buscar otra solución al problema catalán. Así el PSOE no podrá invocarlo como obstáculo insalvable y quedará más al descubierto el por qué rehúye la alianza hacia la izquierda. El problema mayor, creado ¿con toda intención? por el mismo PSOE es su alianza con Ciudadanos. Ese es su principal escudo, pues este partido no está tan mal visto como el PP, debido a no haber estado implicado antes en el gobierno y no estar salpicado por la corrupción, que es lo que hoy más aparta del PP al pueblo.  Si acierto en estas apreciaciones la izquierda no logrará separar al PSOE de C`s para las negociaciones ni para conformar un posible gobierno. Creo que es muy difícil llegar al pacto a la valenciana que pretende PODEMOS. En Valencia no hay independentismo, ni tampoco se toman ahí las grandes decisiones económicas y políticas. El pacto tendrá que ser “a la española”, condicionado por las circunstancias políticas no de Valencia sino de la España actual, que ha quedado reflejada en las últimas elecciones. Lo que la izquierda tendrá que conseguir es el pacto con el PSOE-CIUDADANOS y, de acuerdo con su fuerza política, estar de alguna manera presente en el gobierno que se constituya forzando una política que se decante lo más posible hacia la izquierda y pueda subsanar el deterioro al que hemos llegado con ese número de parados insoportable, con un nivel de desigualdad que aleja cada vez más a los ricos de los pobres, con los recortes en el gasto público… etc. Uno de los primeros objetivos políticos a conseguir habría de ser una nueva ley electoral que sea más justa en la correspondencia de votos recibidos y diputados conseguidos.

Hay que señalar cuál es la principal debilidad de la izquierda. Lo está diciendo insistentemente el Sr. Sánchez: son insuficientes sus votos para lograr la investidura. Por eso, el camino hacia un futuro distinto nos obliga a concentrar nuestros esfuerzos para que aumenten las adhesiones a los partidos de izquierdas de la gente que no ha votado y en relación a los que lo han hecho hacerles ver dónde se tiene que concentrar el voto para poder salir de las coordenadas marcadas por el neoliberalismo que nos ha conducido a la actual situación. Da pena ver a gente decepcionada de los políticos, debido a los corruptos, a los arribistas, a los que van a servirse de la política…, que les castigan no yendo a votar. Lo que hay que hacer es precisamente lo contrario: ir a votar y hacerlo en favor de quienes creemos que pueden revertir la situación, independientemente de ideas secundarias. El principal problema de un número muy importante de gente es la pobreza. A los cristianos se les podría recordar la opción preferencial por los pobres a la que el Papa Francisco les invita sin descanso, teniendo en cuenta además que es precisamente el neoliberalismo productivo y financiero quien les está, nada más y nada menos, que matando, como él tan valientemente afirmó. Es a estos a quienes hay que “liberar” no dejando que el poder político recaiga en quienes se ponen servilmente en manos de los poderosos. Quien ha tomado la opción cristiana en favor de los más empobrecidos tiene que votar en favor de quien cree que más les va a favorecer, al margen de otras cuestiones, como puede ser el aborto, la enseñanza concertada, la presencia de las clases de religión en el ámbito público, el sostenimiento económico de la Iglesia por el Estado…, que se invocan para reorientar el voto hacia los partidos de ideología neoliberal.