CELEBRACIÓN CRISTIANA

DE LA MISERICORDIA DE DIOS.

 

 

1. INTRODUCCIÓN.

 

Dios es misericordioso siendo comprensivo y perdonando, siendo sensible ante el dolor humano y solidarizándose con el sufrimiento. Lo ha sido, y lo será, a través de todos los hombres y mujeres que fueron misericordiosos.

 

Una palabra clave que explica la personalidad del papa Francisco es precisamente la misericordia. Quiere hacernos ver que Dios es, ante todo, amor misericordioso que perdona al pecador y que ayuda al que sufre. La Iglesia como institución, igual que cada uno de sus fieles, tenemos que intentar ser misericordiosos como lo es el Dios en el que creemos.

 

Celebremos la misericordia de Dios, de la que todos tanto necesitamos y de la que tanto nos hemos beneficiado. Al mismo tiempo renovemos nuestro compromiso de ser comprensivos y solidarios.

 

 

2. CANTO: SOMOS UN PUEBLO QUE CAMINA

 

SOMOS UN PUEBLO QUE CAMINA

Y JUNTOS CAMINANDO

PODREMOS ALCANZAR

OTRA CIUDAD QUE NO SE ACABA

SIN PENAS NI TRISTEZAS

CIUDAD DE ETERNIDAD.

 

Somos un pueblo que camina

que marcha por el mundo

buscando otra ciudad,

somos errantes peregrinos

en busca de un destino, destino de unidad

siempre seremos caminantes

pues solo caminando podremos alcanzar

otra ciudad que no se acaba,

sin penas, ni tristezas, ciudad de eternidad.

 

 

3. ORACIÓN COMUNITARIA.

(De la oración del Papa Francisco para el Jubileo de la Misericordia:)

 

Señor Jesucristo, tú nos has enseñado a ser misericordiosos como el Padre del cielo,

y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a Él.

Muéstranos tu rostro y obtendremos la salvación.

… … …

Manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unción

para que el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor

y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los pobres,

proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos y restituir la vista a los ciegos.

 

Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la Misericordia,

a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos.

Amén.

 

 

4. EVANGELIO DE LA MISERICORDIA

 

"Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre. El misterio de la fe cristiana parece encontrar su síntesis en esta palabra. Ella se ha vuelto viva, visible, y ha alcanzado su culmen en Jesús de Nazaret. El Padre, " rico en misericordia " (Ef 2,4), después de haber revelado su nombre a Moisés como " Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira, y pródigo en amor y fidelidad " (Ex 34,6) no ha cesado de dar a conocer en varios modos y en tantos momentos de la historia su naturaleza divina. En la " plenitud del tiempo " (Gal 4,4), cuando todo estaba dispuesto según su plan de salvación, Él envió a su Hijo nacido de María para revelarnos de manera definitiva su amor. Quien lo ve a Él ve al Padre (cfr Jn 14,9). Jesús de Nazaret con su palabra, con sus gestos y con toda su persona  revela la ternura de la misericordia de Dios."

En la escena de la vida de Jesús que vamos a revivir se nos muestran los dos aspectos de la misericordia: el perdón y la ayuda a una mujer que estaba a punto de morir apedreada, de sufrir la violencia de los intransigentes.

 

  

5. Lectura del Evangelio de San Juan cap. 8, 2-11

 

 Al amanecer se presentó de nuevo en el templo. Toda la gente se le acercó, y él se sentó a enseñarles. Los maestros de la ley y los fariseos llevaron entonces a una mujer sorprendida en adulterio, y poniéndola en medio del grupo le dijeron a Jesús:

-Maestro, a esta mujer se le ha sorprendido en el acto mismo de adulterio. En la ley Moisés nos ordenó apedrear a tales mujeres. ¿Tú qué dices?

Con esta pregunta le estaban tendiendo una trampa, para tener de qué acusarlo. Pero Jesús se inclinó y con el dedo comenzó a escribir en el suelo.  Y como ellos lo acosaban a preguntas, Jesús se incorporó y les dijo: -Aquel de vosotros que esté libre de pecado, que tire la primera piedra.

E inclinándose de nuevo, siguió escribiendo en el suelo.  Al oír esto, se fueron retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos, hasta dejar a Jesús solo con la mujer, que aún seguía allí.  Entonces él se incorporó y le preguntó:

-Mujer, ¿dónde están? ¿Ya nadie te condena?

-Nadie, Señor.

-Tampoco yo te condeno. Ahora vete, y no vuelvas a pecar.

 

CANTO. ALELUYA DE LA TIERRA

 

ALELUYA CANTARÁ

QUIEN PERDIÓ LA ESPERANZA

Y LA TIERRA SONREIRÁ, ALELUYA (bis).

 

 

6. REFLEXIÓN COMUNITARIA.

 

 

7. PERDÓN Y COMPROMISO

 

La Palabra del Señor siempre es llamada a la conversión. Hoy nos ha hecho ver que necesitamos cambios en nuestras vidas para ser mejores cristianos siendo más misericordiosos.

 

Pedimos perdón a nuestra Madre-Tierra por las heridas que le producimos los seres humanos.

TODOS: Nos comprometemos a respetarla  y a cuidarla.

 

Pedimos perdón a nuestros hermanos los hombres y mujeres de todo el mundo que necesitan ayuda y no la reciben.

TODOS: Nos comprometemos a ayudar a los "heridos" que encontremos en el camino.

 

Pedimos perdón a quienes han debido soportar incomprensiones, condenas injustas, humillaciones y desprecios.

TODOS: Nos comprometemos a mirar a los demás con la misma ternura con que Dios mira a todos.

 

 

CANTO: ZAMBA DEL PERDÓN

 

Perdón por aquel mendigo

por aquella lágrima que hizo brillar

perdón por aquellos ojos

que al buscar los míos no quise mirar (bis) .

 

SEÑOR POR QUÉ SOY ASÍ

ESTOY COMO UN CIEGO

NO SE COMPRENDER

SEÑOR TU ERES MI ESPERANZA

DAME TU MIRADA

QUE TE SEPA VER (bis)

 

Señor no estoy siempre alegre

no doy luz a otros que están junto a mi

perdón por esta tristeza

por sentirme solo cuando estás aquí (bis)

 

 

 

8. ORACIÓN.

 

1. Te pedimos por la Iglesia universal, santa y pecadora al mismo tiempo, a la cual nos sentimos unidos.

 

TODOS: Llénanos a todos de tu Espíritu y ayúdanos a dejarnos conducir siempre por el camino de la misericordia.

 

2. Estamos especialmente preocupados por el obispo de Roma, el papa Francisco, a quien aplaudimos por querer que la Iglesia sea ante todo misericordiosa.

 

TODOS: Hacemos nuestros sus impulsos renovadores y apoyamos sus iniciativas de cambio en la Iglesia.

 

3. Te pedimos por los cristianos de todas las Iglesias.

 

TODOS: Para que seamos en el mundo el signo visible de tu amor misericordioso: perdonando siempre y ayudando a todos.

 

4. Por todos los que intentan hacer un mundo mejor:

TODOS: Para que con ellos continuemos la buena obra de la creación que Tú iniciaste.

 

5. Por las comunidades cristianas:

TODOS: Ayúdanos a hacer que sean hogar cálido de encuentro y alegre taller de vida cristiana.

 

6. Para que llegue a plenitud la semilla de vida que has depositado en todo lo que existe,

TODOS. Nos comprometemos a impedir cuanto podamos todo lo que atente contra ella.

 

 ORACIÓN EUCARÍSTICA.

 

Padre Bueno, reconocemos que en todo momento hemos de darte gracias,

pues nos has bendecido con toda clase de bienes.

 

Proclamamos que tu bondad y misericordia no tienen límites:

Siempre estás con el corazón abierto para acoger a quien llega a ti.

Atento a las necesidades del ser humano, nos incitás al perdón y a la solidaridad.

 

En especial hoy, queremos darte gracias por tu misericordia,

derramada abundantemente a través de toda la historia de la salvación.

 

Gracias por habernos mostrado en Jesucristo la ternura de tu corazón,

enseñándonos así cómo hemos de amarnos.

 

Por todo ello, queremos, también hoy, unirnos a todos los creyentes

recitando el himno de tu gloria: SANTO....

 

 

Padre, te pedimos que envíes sobre el pan y el vino

que tenemos sobre la mesa de este altar,

la fuerza transformadora de tu Espíritu,

y sean para nosotros el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo.

 

El cual, cuando vio que su final se acercaba,

quiso hacer una cena de despedida con sus íntimos amigos.

Mientras estaban comiendo les abrió enteramente su corazón

y les dijo, como hoy lo repite para nosotros:

“He deseado ardientemente que llegara esta hora

para comer con vosotros la comida pascual”.

 

Entonces tomó pan en sus manos, lo partió y se lo dio diciendo:

tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo

que será entregado por vosotros.

 

Del mismo modo, tomó la copa del vino, y, dándote gracias,

la pasó a sus discípulos diciendo: tomad y bebed todos de ella,

porque este es el cáliz de mi sangre,

sangre de la alianza nueva y eterna,

que será derramada por vosotros y por todos los demás para el perdón de los pecados.

Haced esto en memoria mía.

 

CANTO. Este es el sacramento de nuestra fe. Anunciamos...

 

Padre, al celebrar la eucaristía, proclamamos que Jesús sigue vivo entre nosotros,

que su vida y su palabra nos une a todos en un mismo sentir.

Queremos que él sea siempre luz y guía de nuestras vidas.

Hoy renovamos nuestro compromiso de  ser misericordiosos como Él:

perdonando siempre y ayudando a los que nos necesiten.

 

Por Cristo, con él y en él, a Ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo todo honor y toda gloria, por los siglos de los siglos. AMEN.

 

 

9. PADRE NUESTRO   (Simón y Garfunkel)

 

Al rezar la oración del Padrenuestro que Jesús enseña a sus discípulos nos unimos a él y a cuantos siguen sus enseñanzas. En esta comunión cantamos.

 

Padre Nuestro tú que estás

en los que aman la verdad

haz que el reino que por ti se dio

llegue pronto a nuestro corazón

que el amor que tu Hijo nos dejó

el amor, habite en nosotros.

 

(REZAR PADRE NUESTRO)

 

Y en el pan de la unidad

Cristo danos tú la paz

y olvídate de nuestro mal

si olvidamos el de los demás

no permitas que caigamos en tentación

oh Señor, ten piedad, del mundo.

 

10. LITURGIA DE LA PAZ

 

Allá donde miremos, sea al Norte o al Sur, al Este o al Oeste, nos encontramos con la guerra: muerte y sufrimiento, heridos de cuerpo y de alma. Guerra es también el hambre, que tantos sufren, el odio, que separa tanto, y el egoísmo, que acapara para sí lo que es de otros. Guerra son las situaciones injustas, el maltrato, el desprecio, la humillación… Queremos un mundo y una sociedad en paz para todos. Cuando la paz se rompe, no sólo hay que orar pidiendo a Dios que la restaure, tenemos nosotros que reconstruirla eliminando las causas de la guerra.

 

DÉMONOS FRATERNALMENTE LA PAZ, DESEÁNDOLA PARA TODOS LOS HOMBRES Y MUJERES DEL MUNDO.

 

Y COMO ORACIÓN FINAL PROCLAMAMOS NUESTRO COMPROMISO A FAVOR DE LA PAZ:

 

¡Señor, haz de mí un instrumento de tu paz!

Que allí donde haya odio, ponga yo amor;

donde haya ofensa, ponga yo perdón;

donde haya discordia, ponga yo unión;

donde haya error, ponga yo verdad;

donde haya duda, ponga yo fe;

donde haya desesperación, ponga yo esperanza;

donde haya tinieblas, ponga yo luz;

donde haya tristeza, ponga yo alegría.

Que no busque yo tanto

ser consolado como consolar;

ser comprendido, como comprender;

ser amado, como amar.

Porque dando es como se recibe;

olvidando, como se encuentra;

perdonando, como se es perdonado;

muriendo, como se resucita a la vida eterna.

 

11. CANTO A LA LIBERTAD

 

HABRÁ UN DÍA EN QUE TODOS

AL LEVANTAR LA VISTA

VEREMOS UNA TIERRA

QUE PONGA LIBERTAD.

 

Hermano, aquí mi mano, será tuya mi frente,

y tu gesto de siempre caerá sin levantar

huracanes de miedo ante la libertad.

Haremos el camino en un mismo trazado,

uniendo nuestros hombros para así levantar

a aquellos que cayeron gritando libertad.

 

Sonarán las campanas

desde los campanarios,

y los campos desiertos volverán a granar

unas espigas altas dispuestas para el pan.

Para un pan que en los siglos

nunca fue repartido

entre todos aquellos que hicieron lo posible

por empujar la historia hacia la libertad.

 

También será posible

que esa hermosa mañana

ni tú, ni yo, ni el otro la lleguemos a ver;

pero habrá que forzarla para que pueda ser.

Que sea como un viento

que arranque los matojos

surgiendo la verdad, y limpie los caminos

de siglos de destrozos contra la libertad.

 

 José María Álvarez