BERGOGLIO, DE OBISPO DE BUENOS AIRES,

 

A OBISPO DE ROMA Y PAPA FRANCISCO

 

Creo que somos muchos los que estamos interesados en ir conociendo poco a poco, lo más profundamente posible, a la persona que ha sido elegida para presidir la sede romana y, como consecuencia de ello, para pastorear a todos los fieles católicos. La verdad es que lo que más importa no es lo que fue ni lo que hizo, sino lo que está haciendo y hará. Seguro que este deseo de conocer el pasado del nuevo papa en algunos tiene su origen  en la necesidad que tenemos de alimentar la esperanza que ha hecho nacer en nosotros la continua siembra de gestos del papa Francisco, ya nada más iniciar su misión universal. Quizás lo que creíamos imposible podría suceder: un papa que llevara a cabo la imprescindible renovación de la Iglesia Católica.

En la atención que uno está haciendo al pasado del obispo bonaerense, con el fin de conocer algo las constantes de su pensamiento y de su actuación, me he encontrado con el testimonio de una persona que me ha interesado especialmente y ello por ser la opinión de alguien que no es católico, ni siquiera cristiano, un judío, el rabino de Buenos Aires, Abraham Skorka, que parece llegaron a ser buenos amigos, según el artículo de Francisco PEREGIL, que voy a seguir para entresacar algunos datos sobre la personalidad del obispo Bergoglio: EL PAÍS, domingo 17 de marzo de 2013.

Este es el semblante que nos hace el rabino judío del obispo amigo: Es dialogante, resalta. Si él tuvo buenas relaciones con la comunidad judía de Argentina, seguro que las tendrá con la judería de todo el mundo. Tenía la preocupación de que sus conversaciones entre ambos, allá en Buenos Aires, fuera un testimonio que probase que se deben buscar canales de comprensión y de diálogo realmente comprometido y profundo. Es una persona muy austera (el mismo Bergoglio le había dicho que un papa debería dar ejemplo de austeridad), íntegra, con una profunda búsqueda de Dios. Muy sensible, por más que como líder, él sabe conjugar muy bien el liderazgo, la fortaleza, sin perder la sensibilidad. No le cabe la menor duda de que para Bergoglio, ahora entre intrincados entresijos políticos, los valores primarán más allá de todo juego político. La integridad va a estar más allá de toda consideración. Él hablaba con todos acá en Argentina y cree que lo seguirá haciendo. Es una persona de mente muy amplia, pero en lo que se refiere a la justicia y a la rectitud, la bondad la misericordia, la consideración respecto al sufrimiento de los pueblos, primarán los valores.

También quisiera dejar constancia de la explicación que el papa Francisco dio respecto al nombre escogido, que cuenta Pablo Ordaz en el diario antes mencionado. Fue una sugerencia, explica él mismo a los periodistas que le escuchaban, del su gran amigo el arzobispo emérito de Sao Paulo, el cardenal Humes. Sucedió después de los aplausos de los cardenales cuando fue elegido papa. El amigo que estaba a su lado le abrazó, le besó y le dijo: No te olvides de los pobres. El recuento no había terminado. Mientras se daba fin al escrutinio Bergoglio pensó en San Francisco de Asís por su relación con los pobres y la paz. Deseaba una Iglesia pobre y para los pobres.

Por otra parte, desde ángulos distintos, el nuevo papa está siendo objeto de críticas, que también hemos de oír y sopesar, contextualizándolas. Hay distintas opiniones sobre su actuación durante la dictadura,  también aparecen opiniones suyas negativas sobre la mujer, su posición conservadora sobre el matrimonio homoafectivos, etc. Es obvio que no podemos esperar entre los cardenales, nombrados por Juan Pablo II y Benedicto XVI, se descubra ahora al ser nombrado papa, que hubiera un ferviente progresista que fuere precisamente elegido papa por ese conjunto tan específico de electores purpurados. Creo que lo que hay que esperar del papa Francisco es una postura general conservadora tanto en moral como dogmáticamente.

PIPO ÁLVAREZ